** Orden Religiosa Oscura ** Regreso de la Capitana. Sospechas acertadas. [With Kanda]

La Capitana acababa de llegar a la Orden tras una ardua misión en solitario, además de una batalla personal que la hizo perder medio brazo izquierdo, concretamente bajo el codo. El brazo y la cintura estaban envueltos por unas vendas blancas y el sash de la cintura estaba parcialmente rasgado, aunque lo rodeaba una tela de acero hecho de Kidoh.. Gravemente herida, pero aún deseando llegar, la Capitana se mostraba firme y fría ante los comentarios que llegaban a sus oídos. La plataforma amarillenta de su Bankai aún estaba sobre su brazo derecho, mientras se aproximaba al altanero tótem, que abrió las enormes puertas, chirriando ante la noche, rompiendo el silencio de la misma. El recuerdo de aquella copiosamente lluviosa tarde aún era vivo en su mente, pues había tenido que recurrir a su Bankai, Jakuhō Raikōben (雀蜂雷公鞭, Avispa Látigo del Trueno), renunciando a los sistemas convencionales.

**Recuerdos**

Atada gracias al Ginjotan a un enorme edificio, se disponía a renunciar cuanto había sido su estilo de combate, aunque al menos tendría que utilizarlo esos momentos, en los que iba a matar a su formidable, peor por desgracia lamentable, oponente, que le había arrancando el brazo izquierdo por debajo del mismo codo

SHIHOUIN YORUICHI:- ¡Ban...kai! - Un enorme despliegue de energía siguió a esta evocación, y después unos enormes y sonoros pasos, se presentaba una armadura protectora que cubre todo el brazo derecho de Yoruichi y se extiende por encima de su hombro hasta formar una especie de escudo que protege el lado derecho del rostro de la capitana cuando ésta se dispone a atacar con él. Sobre la placa protectora del brazo se aloja un arma de enormes dimensiones, que llega a doblar la altura de la Capitana, y tiene la forma de un misil.- ¡Jakuhō Raikōben (雀蜂雷公鞭, Avispa Látigo del Trueno)!.. Si hubiese sido posible... me habría gustado terminar.. esta batalla sin mi Bankai.. Jakuhō Raikōben.. ofende mi orgullo como miembro de las Fuerzas Especiales; es un artefacto demasiado grande para poder esconderme, demasiado pesado para moverme con rapidez y.. su ataque.. es llamativo como para poder ser considerado.. un asesinato.- Al contrario que el shikai, el bankai le permite atacar a distancia, al poder lanzar el misil en un inmenso despliegue de poder espiritual.- ¡Chúpate ésa, cabrón.. y muere!- Añadía, lanzando en inmenso e imponente misil hacia Ark. Una vez disparado, del misil surgen algunas placas que aumentan más si cabe su velocidad, e impacta contra su objetivo formando una enorme explosión, que genera una ráfaga de energía tan potente que es capaz de lanzar a varios metros de distancia a todos los que se encuentran en las proximidades, y de romper la tela de acero con la que se ha atado para poder soportar la fuerza de retroceso de su Bankai. El disparo de Jakuhō Raikōben parece requerir un gran esfuerzo a la Capitana, llegando a perder ésta el aliento una vez que ha efectuado su ataque. Según sus propias palabras, sólo podía utilizar a Jakuhō Raikōben una vez cada tres días.

Kanda, por su parte, había sido llamado para una misíon que poco más tarde, volvío. Ya que le habían puesto una misión compartida, y eso más que molesto, con "Allen", volvío molesto a la orden, sin muchas heridas, seguro que algunas rajaduras en la mejilla. Nada grave. Se podía ver un poco de su pantalon rasgado. Por eso se fue a su habitación a cambiarse. De paso mientras tardaba en cambiarse, recordaba aquellos momentos donde se enojó con ese brote de habas, cual lo puso otra vez de malhumo. Solo con recordar aquella discución estúpida, gruñia en voz bajita, con un gesto de berrinche. Ni quería saber que andara haciendo ese brote de habas, procidio en sacarce el patalón para cambiarlo por otro, siempre le ponían uniformes nuevos, por si se dañaban.
Se quejo nuevamente :- Ese brotes de habas.... -.Saliendo de la habitación, tubo un precentimiento en ir a la entrada de la orden. No sabía cual era aquella razón, pero fue por si algo pasaría. Vío a Yoru, herida y llegando a la orden, su mirada se torno preocupada, quizo ayudarla dandole su hombro para que se apoyara, se veía débil. :-Yoru.. qué te ha pasado?- fue una de las mil preguntas que se le ocurrio al preocupado Kanda.

Se adentró en el majestuoso edificio, sin detenerse lo más mínimo, mientras la plataforma del Bankai regresaba al aspecto sellado de la Zanpakutoh. Había derrotado a Ark, y se había confirmado que el Conde lo había liberado de su prisión. Cuando escuchó una voz familiar, se dirigió hacia las escaleras, donde estaba ni más ni menos que Kanda, de quien sospechó que había ido a una misión con el estúpido brote de habas, aunque no dijo nada al respecto. Alzó la mirada levemente hacia éste, hacia quien consideraba su único y mejor amigo, pues lo admiraba, respetaba y le tenía cierto cariño, pese a que él era así, frío, arisco y distante y se portase mal con ella a veces, ella seguiría ahí. Estando con él, era diferente. Esperó a que las gente con miradas curiosas se retiraban a sus quehaceres, puesto que sabrían lo que les pasaría si no les dejaban tranquilos, y se apoyó el el hombro que el peliazulado le ofrecía, pues su respiración, un tanto agitada del cansancio y la fatiga, no le permitían mucha más movilidad ni hacerse la fuerte cuando era así.

SHIHOUIN YORUICHI- He logrado.. el cometido de la misión, aunque.. por el precio de mi brazo, que fue arrancado brutalmente..- Contestó ella.

La miro con cierta preocupación, le miraba el cierto brazo faltante. Cómo no se iba a preocupar así si era su mejor amiga, a pesar de que era distante, siempre le tubo un cierto cariño que muy pocos pueden sacar de él, comenzaron a caminar hasta la habitación correspondiente de Yoruichi, iban a paso lento, ya que por lo que se veía, no sabría si no estaría perdiendo sangre, y si caminaban rápido, activaría más la circulación, y sangraría más. Al llegar, él abrío la puerta, y la llevo a su cama, quería permanecer un poco más con ella, no quería dejarla sola. Luego termino cerrando la puerta, dejandolos en un silencio suave y tranquilo. Kanda giro, para poder sentarse, en una orillita de la cama de Yoruichi.

Se recostó en la cama con Kanda a su lado. La respiración era cada vez más falta por la ausencia de fuerzas, y estaba perdiendo sangre a pesar de la venda que llevaba, aunque menos su hubieran caminado aprisa. El rostro con las heridas en éste y en brazos y piernas la hacía más demacrada que nunca.

SHIHOUIN YORUICHI:- -Te lo agradezco,.. Kanda. -Comentó antes de perder la consciencia, por segunda vez aquel día.

Kanda se sobresaltó por aquellas palabras para que luego ella pierda la conciencia, estubo todo el rato allí y él en un simple susurro dijo

:- De nada... - lo decia con voz que se tornaba con una mezcla de tristeza y preocupación

La miro todo el tiempo, esperando, que abriera los ojos. Como no había respuesta, procedí en tratar de cambiarle las vendas y cuidarla

Mientras reposaba aquella larga noche, de la cual agradecía el gesto de Kanda de cuidarla y preocuparse por ella, y éste le estaba posando una nueva y limpia venda, las heridas son sanadas, al parecer se autoregeneraban, al igual que el brazo izquierdo, de una forma casi sorprendente. Los huesos, músculos, tendones, vasos sanguíneos y todo era regenerado rápidamente, Significaba que era como una mezcla, igual que Kanda.

Le sorprendio como había sanado tan rápidamente, y más le sorprendio cuando vio el brazo izquierdo era regenerado poco a poco, le alegro. Sonrío, era una de las pocas veces que lo hacia, estaba feliz de que se esté recuperando.

Abre los ojos despertándose, mirando a Kanda, que aún estaba a su lado, con una cara mas bien preocupada. Sospechada lo que iba a preguntar, ella misma se le adelantó.

SHIHOUIN YORUICHI:-.. Me encuentro.. mejor, gracias, Kanda. -Se sinceró, aunque aún debía de descansar un poco más-Siento haber ido sola allí.. El idiota de Komui tendría que habernos mandado a ambos a la misma misión..-Añadió.

Suspiro calmado por aquella afirmación. La miro nuevamente
Kanda:- Pienso lo mismo... y él sabe que odio estar con ese brote de habas- Dijo en un tono, un poco enojado, pero en el interior, realmente estaba muy feliz.

Comprendía el gesto enojoso de su mejor amigo, a quien cogió una manita acariciándola suavemente.

SHIHOUIN YORUICHI:- Lo sé, Kanda. Y si éso piensa.. -Se incorpora sentándose con algo de esfuerzo, y mirando a su mejor y único amigo Kanda, confidente y de maneras tranquilas, calmas y comprensivas-.. es que es un completo idiota, aunque a veces se las dé de serio.

-La verdad que sí...- Dijo, respondíendo, y afirmando de que si era un "idiota" estaba enojado.
No podía averla enviado sola, suspiro, y miro a Yoru calmado, su preocupación había desvanecido completamente.

Le miró sonriendo leve por una vez, por primera vez de que "aquéllo" le robara lo que era una sonrisa, o sentir algo parecido. Le acarició la manita mientras le miraba a los ojos, tranquilamente

Notó como ella le acariciaba la manito, se sonrojo, un poquito. Le miro, también con una forma calma y tranquila, espero a que ella se sintiera aun mejor.

Se sentía cada vez mejor, sobre todo en presencia de su mejor amigo.

No sabía que decir, sabía que debía romper el silencio de alguna forma. Y más, Yoru confiaba en él porque le estaba haciendo compañia.

Yoruichi le miró a los ojos negros azabache.

SHIHOUIN YORUICHI:- ¿Te parece bien ir a meditar? Esta noche seá demasiado larga.. y no puedo dormir sola - Habló ella, confiando en él.

-Vamos - Dijo, respondiendo a la encantadora oferta, le gustaba meditar y más si es con ella.

Se levantó con él alisándose los ropajes y moviendo el brazo izquierdo recuperado, habiendo recuperado la movilidad

Miro, con una mirada tranquila, viendo la gran movilidad del brazo. Estaba... menos preocupado.

SHIHOUIN YORUICHI:- Ya recuperé la movilidad- comentó mirándote- Vamos.- Se fue contigo a la sala de entrenamiento y meditación

Kanda le siguío a la sala de entrenamiento, llegando preparandoce para meditar.

Yoruichi se posa a tu lado, en la posición correcta para meditar, cerrando los ojos respirando tranquilamente

Comenzaron a meditar, en forma calma. Kanda estaba concentrado en aquello.

Comenzó a meditar contigo, tranquilamente, respirando profunda y tranquilamente